Rusia ha ofrecido a EE.UU. un ultimátum: cumplir sus
amenazas y comenzar una guerra nuclear o "aceptar el hecho de que el mundo
ya no es unipolar y empezar a integrarse en el nuevo formato".
Rusia suspendió este
miércoles la cooperación con Washington en materia de investigaciones nucleares
y energéticas debido a la "aparición de una amenaza a la estabilidad
estratégica como resultado de las acciones hostiles de EE.UU. hacia Rusia, como
también por la incapacidad de EE.UU. de cumplir con los compromisos asumidos
sobre la destrucción del plutonio de uso militar excesivo".
¿Está relacionada esta suspensión con la decisión de EE.UU. de romper los
lazos con Rusia en Siria? Si Rusia sabía que EE.UU. no cumple con su parte del
trato, ¿por qué solo reacciona ahora? En un nuevo artículo para RIA Novosti, el analista Rostislav
Íshchenko explica estas y otras preguntas surgidas
al conocerse la noticia.
Ultimátum
El analista considera que, para "comprender
la magnitud de lo ocurrido" es necesario tener en cuenta que el presidente
ruso, Vladímir
Putin, no solo ha suspendido la cooperación con Washington, sino
también ha anunciado la posibilidad de reanudarla con ciertas condiciones:
- cancelación de
todas las sanciones estadounidenses contra Rusia;
- pago de
una indemnización por los daños sufridos por Rusia a causa de las
sanciones y las contrasanciones;
- eliminación
de la 'ley Magnitsky';
- reducción
de la presencia militar estadounidense en Europa del Este;
- abandono
de la política de confrontación con Moscú.
El encuentro de Obama
y Putin desata los memesPara el autor del artículo, solo hay una palabra adecuada para definir
la esencia de los requisitos de Putin: "Ultimátum".
Según subraya el experto, la última vez que a
Washington se le dio un ultimátum fue en 1861 en relación con el
incidente del barco de guerra británico HMS Trent, e
incluso entonces, en condiciones muy difíciles para EE.UU., Washington solo
aceptó una parte de los requisitos impuestos por el Reino Unido.
Entretanto, lo que exige Putin ahora no es solo una
disculpa y la liberación de un par de detenidos: lo que exige es "cambiar
toda la política estadounidense, e incluso compensar a Rusia las pérdidas
sufridas por las acciones aprobadas oficialmente por EE.UU.", destaca
Íshchenko, quien opina que "se trata una exigencia de rendición total e
incondicional en una guerra híbrida, que Washington no cree haber
perdido".
"En los últimos cien años nadie ha podido
imaginar que era posible hablar así con Washington", añade el
analista.
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