jueves, 27 de noviembre de 2014

La desaparición forzada en Iguala

La desaparición forzada en Iguala de 2014 fue un ataque de policías municipales a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, periodistas y civiles en cuatro episodios de violencia, que ocurrieron la noche del 26 de septiembre de 2014 en el municipio mexicano de Iguala de la Independencia, en el Estado de Guerrero. Los hechos dejaron un saldo de al menos seis personas fallecidas, veintisiete heridos y ladesaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos

Antecedentes

La Escuela Normal de Ayotzinapa ha sido objeto constante de represión por parte de los Gobiernos Local y Federal, tal como lo muestra su historia. Esta escuela además cuenta con una fuerte tendencia de izquierda y una propensión a la violencia.4 5 Es asimismo conocida como semillero de luchadores sociales y disidentes.6 El 12 de diciembre de 2011 en Chilpancingo, capital de Guerrero, un enfrentamiento entre normalistas y la Policía Federal y Estatal conocido como el Conflicto de Ayotzinapa, dejó un saldo de dos estudiantes muertos.7
Iguala vista desde el Asta Bandera.
Como parte de un plan para asistir a la Ciudad de México el día 2 de octubre de 2014 a las manifestaciones conmemorativas de la Masacre de Tlatelolco, los estudiantes habían estado haciendo acopio ilegal de autobuses y combustible a lo largo de una semana robando combustible8 y tomando unidades para concentrarlas en la escuela. El día 22 de septiembre, la policía federal y estatal impidió que los estudiantes robasen combustible en la Autopista del Sol que conduce a Acapulco. Los días 25 y 26 de septiembre habían ido a Chilpancingo en dos autobuses de los que previamente se habían apoderado, intentando tomarse otros vehículos, pero la policía local les impidió lograrlo,9 sin por ello haberlos arrestado ni confiscado las unidades en que iban. Frustrados en su intento, los estudiantes pasaron a la cercana ciudad de Iguala el mismo día 26 para buscar otros autobuses, de los que eventualmente se apoderaron. Uno de los choferes de esos autobuses se resistió a la toma al ser abordado por los estudiantes en la central camionera, logrando notificar a sus superiores y a la policía antes de ser superado y obligado a llevar el autobús a Ayotzinapa con algunos estudiantes como pasajeros.10
Por su parte, en la ciudad de Iguala, era alcalde desde el 2012 el perredista José Luis Abarca Velázquez, excomerciante de joyería, al cual se le acusa de estar coludido con el grupo criminal Guerreros Unidos a quienes aparentemente pagaba protección.11 Abarca está casado con María de los Ángeles Pineda, quien sería el enlace del gobierno municipal con el crimen organizado, siendo un hermano de Pineda miembro del desaparecidoCártel de los Beltrán Leyva.12 Pineda era asímismo directora local del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). En México se acostumbra que la esposa del alcalde en turno sea quien dirija la oficina municipal correspondiente del DIF. A pesar de que la pareja había sido acusada de participar en varios delitos y de que diferentes ramas del gobierno estatal tenían conocimiento de estas acusaciones, no había acción legal alguna en contra de ellos.13
La noche del 26 de septiembre, el DIF de Iguala dio una fiesta para celebrar los logros obtenidos bajo la dirección de María de los Ángeles Pineda. Supuestamente se planeaba lanzar en ese mismo evento la candidatura de Pineda a la alcaldía (Abarca terminaba su periodo en 2015). 14

Desarrollo de los sucesos[editar]

Primer ataque[editar]

Tras el robo del último autobús en la central camionera de Iguala, los estudiantes hicieron que el chofer lo conduciese hacia el anillo periférico de la ciudad para de allí enfilar a Ayotzinapa. Ello los haría pasar a una cuadra del festejo del DIF. Sin embargo, alertados por el aviso del chofer, la policía los comenzó a perseguir a tres cuadras de la central camionera en un intento por impedir que la comitiva se acercase al festejo.15 De acuerdo a declaraciones del fiscal guerrerense, Iñaky Blanco Cabrera, el primer episodio de violencia ocurrió a las 21:30 horas16 17 cuando, tras lograr la policía interceptar el paso de los autobuses mediante una camioneta que bloqueó su avance18 en la esquina de las calles Juan N. Álvarez y Periférico Norte,19 los alumnos bajaron de los autobuses para intentar empujar fuera del camino la camioneta, enfrentando a los policías que también llegaban. Cuando uno de los alumnos forcejeó y sometió a uno de los policías, agentes de la Policía Municipal de Iguala abrieron fuego, matando al estudiante.20
La balacera inicial puso en desbandada a los estudiantes normalistas, varios de los cuales se refugiaron en los espacios entre los autobuses detenidos. Otros más escaparon como pudieron a los alrededores, sin embargo, la policía de Iguala se llevó bajo arresto a la mayoría de los estudiantes que no habían podido bajar de los autobuses.
Durante el ataque varios de los estudiantes normalistas se comunicaron vía teléfono celular con compañeros que se habían quedado en Ayotzinapa. Estos alumnos, enterados de los incidentes, enviaron otro convoy de estudiantes en varias camionetas para tratar de ayudar a los compañeros atacados en Iguala.

Segundo ataque[editar]

Llegando alrededor de las 23 horas de la noche del 26, el segundo convoy de estudiantes se encontró con algunos de los compañeros que no habían sido llevados por la policía. Los estudiantes, acompañados de profesores pertenecientes a la CETEG(Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero), comenzaron a inspeccionar el lugar y a buscar a cualquier otro alumno oculto tras la balacera. Asimismo daban entrevistas a la prensa que iba llegando por el primer ataque en contra de sus compañeros. Seguían en el lugar alrededor de la medianoche cuando fueron atacados una vez más por un grupo que llegó de repente, que según testigos presenciales, disparaban ráfagas en su contra.21 En este ataque fallecieron dos estudiantes más, mientras que el resto huía en desbandada ocultándose en los cerros circundantes o en las azoteas de Iguala. 22
Casi al mismo tiempo, a la salida de Iguala en la autopista a Chilpancingo, otro grupo armado disparó contra un autobús que transportaba a los integrantes del equipo Avispones de Chilpancingo de la tercera división del fútbol mexicano. En este ataque perecieron un jugador, el chófer del autobús y una pasajera de un taxi.23 El equipo de fútbol no estaba involucrado en los hechos y aparentemente fue confundido por los atacantes como otro autobús más del convoy de los estudiantes normalistas. El entrenador resultó herido. Este equipo era de Chilpancingo e iba de regreso a su sede tras un partido como visitante en Iguala.24

Investigación[editar]

Los primeros informes reportaron la desaparición de 57 estudiantes de la Escuela Nacional Rural de Ayotzinapa presuntamente atacados y secuestrados por policías municipales de Iguala.25 El 30 de septiembre, se informó que 14 de ellos se encontraban salvos en sus casas, mientras que 43 permanecían en calidad de desaparecidos.26 Ese mismo día, se señaló al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, como presunto autor intelectual de las desapariciones forzadas y como el responsable de dirigir desde un radio a fuerzas policíacas del estado para proceder con los actos del 26 de septiembre.27 El 29 de septiembre, Abarca dijo que él había ordenado a la policía no atacar a los normalistas, a quienes acusó de pretender atacar a los invitados que estarían presentes en el segundo informe del DIF municipal, del cual su esposa, María de los Ángeles Pineda, era la presidenta.28
La búsqueda de los 43 estudiantes por parte de padres de familia junto con normalistas, que fueron resguardados por elementos de la Fuerza Estatal, inició el mismo 29 de septiembre, intensificando el operativo al buscar posibles cadáveres en fosas comunes.29
El sábado 4 de octubre se descubrió en los alrededores de Iguala una fosa clandestina con 28 cadáveres sepultados en ella. Eventualmente los análisis forenses dictaminaron que estos cuerpos no correspondían con ninguno de los 43 normalistas desaparecidos ignorándose hasta la fecha la identidad de la cuerpos.30
El día 8 de octubre fueron detenidos en Cuernavaca Osvaldo Ríos Sánchez y su hermano Miguel Ángel, sospechosos de haber participado en la desaparición. Los hermanos Ríos Sánchez confesaron su involucramiento y el haber estado bajo las órdenes de Ángel Casarrubias Salgado, uno de los líderes de Guerreros Unidos. Al día siguiente la PGR encontró otras 4 fosas con ocho cadáveres en total en el paraje de La Parota, en la localidad de Pueblo Viejo, Guerrero. Sin embargo, estos hallazgos tampoco correspondían con los 43 normalistas desaparecidos.31
Jesús Murillo Karam, procurador general de la República, informó el 13 de octubre de 2014 que aparentemente elementos de la Policía de Iguala, tras arrestar a los 43 estudiantes desaparecidos, siguieron instrucciones de Abarca y entregaron a los detenidos a oficiales de la Policía del vecino municipio de Cocula. A su vez, estos policías de Cocula procedieron a entregar a los estudiantes a miembros del cártel de los Guerreros Unidos. 32
De acuerdo a testimonios de los hermanos Ríos Sánchez, Ángel Casarrubias Salgado habría dado la orden de matar a los estudiantes entregados a los Guerreros Unidos, aparentemente en la creencia de que entre los estudiantes normalistas se encontraban infiltrados elementos del cártel rival de Los Rojos.33
Según declaraciones de otros miembros capturados de los Guerreros Unidos, los estudiantes fueron llevados al basurero municipal de Cocula hacinados en dos camionetas. Al arribar, quince de los estudiantes habían muerto de asfixia al bajarlos debido al hacinamiento y las ataduras. Una vez bajados los estudiantes sobrevivientes de las camionetas, se interrogó brevemente a cada uno antes de proceder a matarlos de un balazo en la nuca. Después los tiraron a la parte baja del basurero donde incineraron los cuerpos, haciendo relevos para vigilar el proceso y mantener el fuego durante horas arrojando combustible a los cuerpos. Al terminar se ordenó a los vigilantes del fuego que recogiesen las cenizas y triturasen los huesos restantes para meterlos en bolsas de plástico y arrojarlas al río San Juan.34

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