viernes, 25 de enero de 2019

como solucionar dificultad para tragar alimentos

Como solucionar la  dificultad para tragar los alimentos

¿Tienes problemas para tragar determinados alimentos? ¿Te atragantas con facilidad? ¿Sueles toser mientras comes? Si las respuestas a estas preguntas son un sí, quizá puedas tener un problema de disfagia orofaríngea, “un trastorno o síntoma caracterizado por la dificultad para tragar, referido como incomodidad durante la progresión de los alimentos desde la boca hasta el estómago”, explica a CuídatePlus Gabriel Olveira Fuster, jefe de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga y del  Instituto Biomédica de Málaga.

Aunque tragar parezca una acción fácil y prácticamente autónoma, cada vez que tragamos hacemos uso de 30 músculos que se coordinan gracias a nuestro cerebro. “Es un acto complejo”, apunta el experto, “porque supone la realización de una serie de secuencias de movimientos, tanto voluntarias como involuntarias, que están bajo el control del sistema nerviosos”.
Por ello, es un problema que afecta a personas sobre todo a personas con enfermedades neurodegenerativas, que han sufrido un ictus, por ejemplo, o en personas mayores, ya que es un síntoma de muchas enfermedades que se relacionan directa o indirectamente con el envejecimiento.
A pesar de ser una sintomatología todavía desconocida por la sociedad en general, la realidad es que existen más de dos millones de personas en España afectados por este trastono. “Más del 45 por ciento de las personas que han sufrido un ictus tendrán problemas de deglución”, afirma Rosana Ashabaugh, enfermera y vocal de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (Senpe).
Según los datos de Olveira Fuster, “entre el 50 y el 80 por ciento de los pacientes con Parkinson padece este problema; hasta el 80 por ciento de los que tienen Alzheimer lo sufre, así como entre el 25 y el 40 por ciento de los pacientes con esclerosis múltiple el 60 por ciento de los que tienen esclerosis lateral amiotrófica”.
En el caso de los ancianos, uno de los grupos en los que es más frecuente la disfagia, “entre el 25 y el 30 por ciento de los hospitalizados sufren este problema y, en residencias, el porcentaje se eleva al 45-50 por ciento”, advierte Lucía Manzanedo, enfermera del Hospital Universitario de Getafe en Madrid.

Infradiagnóstico muy elevado

El hecho de no ser mayor o no padecer una enfermedad neurodegenerativa no nos exime de poder padecer este problema ya que “se estima que una de cada 17 personas desarrollará alguna forma de disfagia a lo largo de su vida”, tal y como apunta el experto del Hospital de Málaga. Sin embargo, tal y como lamentan los expertos consultados, todavía existe una elevada tasa de infradiagnóstico a pesar de que, en determinados casos, puede llegar a ser mortal.
De hecho una de las consecuencias de no diagnosticar correctamente el problema y tratarlo bien es la “neumonía aspirativa, una enfermedad que en ancianos puede provocar la muerte”, alerta Manzanedo. Esto se puede producir porque, “al existir problemas para tragar el alimento, éste puede desviarse al pulmón y provocar una infección”, aclara la enfermera.
Esta es la consecuencia más grave pero hay otras, sobre todo relacionadas con la desnutrición. “Las personas que padecen disfagia pueden tener alterada la eficacia de la deglución y, por lo tanto, la capacidad para alimentarse e hidratarse de manera adecuada, pudiendo aparecer cuadros de desnutrición y deshidratación”, constata Olveira Fuster.
De hecho, según el estudio Predycescasi la mitad de los pacientes ingresados en los hospitales con disfagia padecen desnutrición. Esta se manifiesta habitualmente con “pérdida de peso progresiva y de masa muscular y grasa subcutánea, edemas, alteraciones en la piel y mucosas, úlceras por presión, mayor riesgo de infecciones y complicaciones”.  
Además, “estos pacientes también pueden presentar alteraciones analíticas, como descenso de algunas proteínas como albúmina y prealbúmina especialmente si se asocia a complicaciones infecciosas”, apunta el experto del hospital malagueño.

Normalizar la tos, un gran problema

Tal y como se ha señalado anteriormente, un problema de este trastorno es que está infradiagnosticado. Hay muchas personas que padecen disfagia pero lo desconoce o tiene síntomas pero los normaliza.
Toser mientras comemos no es normal y puede ser un signo de disfagia. “En ocasiones, tendemos a normalizar este tipo de conductas y los relacionamos con las ansias por comer y tragar los alimentos. Esto es un error”, advierte Ashbaugh.
Además de este síntoma, otro signo es “que al paciente se le salga líquido por la nariz al tragar, algo que se produce porque el paladar blando no se eleva lo suficiente y no protege la vía”, añade la vocal de la Senpe. “Toser también cuando se bebe, tragar en varios tiempos, babear o carraspear son otros signos de alarma”, detalla.
Como indica Ashbaugh, “son síntomas que suelen pasar desapercibidos, pero que deben consultarse con el médico ya que, según sus datos, hasta el 40 por ciento de las disfagias se presenta con síntomas silientes como cambios en la voz, evitación de determinados alimentos por miedo a atragantamientos o fatiga al comer”. Esto también hace que las cifras de diagnóstico disminuyan.
Pero tener síntomas no basta para diagnosticar este problema sino que hacen falta realizar una serie de pruebas que confirmen el diagnóstico, ya que tal y como afirma el jefe de Endocrinología del Hospital de Málaga “las mediciones subjetivas, como los cuestionarios, pueden infraestimar el porcentaje de disfagia en comparación con otras técnicas más objetivas que incorporan una evaluación clínica o una prueba de imagen”.

Cuestionario para cribar en casa

Pero antes de acudir al especialista para confirmar el problema, los expertos consultados sí consideran importante estar alerta de los síntomas antes mencionados y, en caso de duda, realizar un test sencillo preguntándole al paciente o a la persona por determinadas cuestiones.
“Se trata del test Eat-Ten”, indica Manzanedo. “Está compuesto por una serie de preguntas muy fáciles de responder y breves para ver si el paciente ha detectado problemas a la hora de tragar alimentos o medicación ya que, en ocasiones, es la medicación la que provoca este problema”.
El resultado de este test puede darnos una pista de que estamos ante un problema de disfagia. Si fuera así, deberíamos acudir al médico de atención primaria o al especialista para que realice el resto de pruebas oportunas y confirme el diagnóstico “y el tipo y la gravedad de disfagia que padece el usuario”, detalla Manzanedo, ya que, dependiendo de esto el menú y la forma de elaborarlo variará.

1 comentario:

  1. Aunque a medida que se desarrolla una tolerancia al humo y un paladar para los cigarros, se puede considerar qué sabores se quieren degustar.

    https://1001proverbio.org/cuidado-con-la-ceniza-lifehack/

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